Filosofia con Escolares

miércoles, 3 de diciembre de 2008

10.- ARTICULOS

ARTICULO (1)

ROBERTO MUNIZAGA:
PENSAMIENTO Y CONTRIBUCIÓN A LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA
• El enorme esfuerzo por superar su situación fue un fiel reflejo de la clase media chilena, que con gran empuje, y gracias a la educación, logró su formación. Alcanzó además el reconocimiento de sus pares y de la sociedad toda al hacerse acreedor al Premio Nacional de Educación en 1979.
Jaime Caiceo E.*
Roberto Munizaga Aguirre fue un importante educador chileno, galardonado como el primer Premio Nacional de Educación en 1979 y representante de la tradición laicista que dominó gran parte del quehacer educacional chileno del siglo XX. Nació el 22 de junio de 1905, en la ciudad de Vicuña, Cuarta Región. Sus padres fueron Manuel María Munizaga Varas y Juana Rosa Aguirre Moya.
Sus estudios primarios los completó en el Liceo Gregorio Cordobés de La Serena, continuando la secundaria en Iquique y Linares, y terminando con exámenes libres, en 1919, luego que su familia se trasladara a Coquimbo, puerto que en esos años no contaba con un Liceo.
Rindió el bachillerato con distinción, matriculándose en 1925 en la Escuela de Derecho y el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Sin embargo, sólo dio continuidad a sus estudios en el Pedagógico, titulándose de profesor de Estado en Francés en 1928.Su labor docente la inició en 1928, como ayudante de la cátedra de Filosofía de la Educación con Pedro León Loyola, en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, a quien sucedió en forma titular a contar de 1931, cuando su profesor fue nombrado rector.Gracias a una beca, permaneció durante dos años en la Universidad de París, sin realizar estudios sistemáticos. Con la experiencia recogida, inició su cátedra de Sociología de la Educación en 1939, en la Escuela Normal José Abelardo Núñez y, posteriormente en la Universidad de Chile, sirviendo ello de antesala a la creación de la carrera de Sociología en esa Universidad.
En 1931, contrajo matrimonio con la profesora de Castellano, egresada en la misma promoción de 1928, Herminda Villavicencio Chaparro, con quien tuvo cuatro hijos.Tuvo una activa participación en congresos y actividades del quehacer educacional, a nivel nacional, internacional y universitario, con una clara postura académica de renovación y de unidad del magisterio, alejándose de cualquier intento de atomización ideológica.Cuando jubiló en 1968, después de cuarenta años en la Universidad de Chile, mantuvo su cátedra de Educación por más de 10 años, completando más de medio siglo en la casa de Bello. Tan pronto se instituyó el Premio Nacional de Educación, uno de sus amigos, Alejandro Covarrubias Zagal, recopiló silenciosamente los antecedentes y los presentó al jurado que, presidido por el ministro de Educación de la época, Gonzalo Vial Correa, por unanimidad galardonó con el nombramiento a Roberto Munizaga, el 11 de diciembre de 1979.
Falleció el 1 de julio de 1999. Sus restos fueron despedidos por profesores y académicos en el Cementerio Parque del Recuerdo. Entre ellos, Marino Pizarro, en nombre de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales y de la Gran Logia de Chile, en su calidad de Gran Maestro; y Luis Riveros, rector de la Universidad de Chile.
Pensamiento Filosófico-Educacional de Roberto Munizaga
El pensamiento de Roberto Munizaga abarcó muchas temáticas, a partir de dos ejes centrales: la filosofía y la educación.
a. Historia de la Educación e importantes educadores: Munizaga trabajó en el Pensamiento Educacional Chileno desde la segunda mitad del siglo XIX hasta avanzado el siglo XX. Su preocupación principal fue la búsqueda de las raíces más próximas de la educación primaria y de la educación superior en Chile.
b. Admiró a Domingo Faustino Sarmiento, el educador argentino, rector de la Primera Escuela de Preceptores en 1842, a quien consideró como “uno de los protagonistas más certeros de la cultura en América”:
c. “Bien distinto sería el estado de la instrucción pública en Chile si la tradición del gran educacionista argentino no se hubiera perdido...Si Sarmiento no hubiera sido olvidado, su obra nos hubiera hecho ir más rápidamente de Pestalozzi a Wundt, del empirismo a la ciencia, de los maestros natos a los que técnicamente se forman, del diletantismo al profesionalismo en la enseñanza”.
d. A su juicio, la educación primaria era la base del sistema educativo, por donde todos debían iniciar el sistema escolar. Era contrario a una escuela primaria para pobres y un colegio para las clases acomodadas, que distanciara clases sociales.
e. Valoraba profundamente el ideario de Letelier cuando acotaba que: su “... obra filosófica, pedagógica y política, de tan definidos contornos, sirve como ninguna para ilustrar el aberrante fenómeno de la discontinuidad de nuestra cultura latinoamericana, y, especialmente chilena”.
f. Cuando ejerció la Presidencia del Instituto de Chile, Munizaga creó la Colección de Educadores Chilenos de Ayer y de Hoy, publicando él mismo textos sobre varios importantes educadores nacionales: Darío Salas, Oscar Vera, los Hermanos Amunátegui, Claudio Matte, Valentín Letelier, Alejandro Venegas, José Abelardo Núñez, Amanda Labarca y Gabriela Mistral; todos, salvo la última, exponentes del laicismo en Chile, tanto en su expresión positivista -seguidores de Comte- como pragmática -continuadores de Dewey-.
b. Fundamentos de la Educación: Como buen filósofo y científico de la educación, Munizaga inició su incursión en la educación, buscando definir el concepto: “Podría decirse, analógicamente, que la educación equivale a una verdadera ‘función sexual’ de la comunidad. En efecto, ella es la que permite que su tipo de existencia y su fisonomía cultural -un sistema de principios, una imagen del hombre y una tabla de valores- se reproduzcan y prolonguen en la materia plástica de las generaciones nuevas”.Abordó una serie de problemas educacionales: la educación refleja, la educación valórica, el hombre culto como resultado del proceso educativo, la dualidad entre teoría y práctica en el quehacer educacional; la función social de la educación y el rol activo del Estado.
Se declaraba en desacuerdo a la libertad de enseñanza planteada la Iglesia Católica y fue un gran defensor del estado docente, porque favorecía la integración social.
c. Filosofía de la Educación: Munizaga abordó la educación secundaria a partir de un largo análisis histórico, tanto nacional como internacional, para concluir que era necesario asumir un nuevo concepto que persiguiera la formación más plena del hombre, preparándolo para la vida (humana, cívica y económica), pero también para el ingreso a la Universidad; sin entrar en contradicción con la democracia (5).
Al respecto señaló: “Propiciamos la creación de una nueva escuela secundaria chilena, con una personalidad propia frente a los demás géneros de enseñanza, segura de sí misma -especialmente frente a la técnico-profesional- que, abierta sin distinción a la masa de los adolescentes, conduzca, distribuya y seleccione para construir una República dirigida por la virtud y la inteligencia -por una nueva inteligencia- formada dentro de unas humanidades nuevas”.
Estuvo fuertemente influenciado por Dewey y su escuela nueva. Sin embargo, su fuerte énfasis en el desarrollo de la inteligencia denota el positivismo de Valentín Letelier, que tanto influiría en nuestro autor.
d. De Filosofía y algunos filósofos: Fiel a la corriente laicista, Munizaga incursionó en la filosofía del inspirador del positivismo en Chile, el filósofo francés Augusto Comte.
Lo mismo sucederá con las nuevas tendencias imperantes en la primera mitad del siglo XX: sus ojos y su mente miraron hacia Norteamérica en John Dewey: “El hombre culto es el que se forma simultáneamente a través de la vida y de la escuela, del trato con las cosas y con los libros, extrayendo de todas partes las substancias que le permiten enriquecer su experiencia y desenvolver una personalidad genuina: la cultura no es un saber inerte, sino como se expresa la verdadera vida humana”.
De igual forma, destacó a sus representantes chilenos: Valentín Letelier y Darío Salas. Sin embargo, más que centrarse en la filosofía, haría un análisis educacional aplicado a la realidad chilena, a partir de los principios filosóficos.
Acerca de la Universidad: Con sólo cinco años como académico en la Universidad, Roberto Munizaga y Yolando Pino Saavedra, elaboraron una compilación de visiones sobre la institución de educación superior en Alemania, Francia, Estados Unidos y Argentina, agregando un ensayo sobre Chile, escrito por él mismo.
Correspondió a su primera publicación, manifestando su preocupación por este nivel de enseñanza. El título del texto: La Crisis de la Universidad, ya nos conduce a una situación problemática.
En efecto, con la Reforma de 1927 y la Contrarreforma de 1928, la Universidad había perdido terreno -al no poseer en adelante la protección de la educación secundaria- y se creaban los Institutos Universitarios para desarrollar la ciencia de cada saber y las Escuelas para aplicar el saber a las profesiones.
Siguiendo a Max Scheler postuló que en la Universidad se debían “conservar y mantener los más altos bienes de la cultura y del saber”, en donde debía darse una buena enseñanza, complementada con “investigación y formación espiritual multilateral”. Sin embargo, cuando presentó el concepto de esta institución recurrió a José Ortega y Gassett.
Afirmó al respecto: “Se entenderá por Universidad strictu sensu, la institución en que se enseña al hombre medio a ser un hombre culto y un buen profesional”.
Postuló una Facultad de Cultura como núcleo central de una Universidad, con cinco áreas de la vida académica: Física (imagen física del mundo), Biología (temas fundamentales de la vida orgánica), Historia (proceso histórico de la vida humana), Sociología (estructura y funcionamiento de la vida social) y Filosofía (plano del universo)
A la visión anterior, le agregó las perspectivas de Valentín Letelier. A partir de todo ello, inició su crítica al señalar que los estudios universitarios tenían una orientación técnico profesional, olvidándose de los elementos propios de la cultura y de la ciencia.
Asumió, a su vez, una postura que indicaba que la política no debía mezclarse con el rol y el quehacer universitarios. Sin embargo, la Universidad debía responder a los requerimientos sociales del momento: “Para ello, tiene que intervenir en la actualidad como tal Universidad, tratando los grandes temas del día desde su punto de vista propio -cultural, profesional y científico-”.
Las acciones que debía realizar la Universidad para cumplir sus objetivos, siguiendo los ideales reformistas de Córdoba, eran:
- “Asimilación del patrimonio acumulado en las distintas esferas del conocimiento por los pueblos que marchan a la cabeza de la investigación científica... (Lo cual supone) una profesionalización de la enseñanza universitaria, que ella no signifique una labor periférica en torno a otras actividades distintas que constituyen el eje de la vida del maestro”.
- “La reelaboración en la forma más personal posible de cuanto se ha pensado y escrito, trabajo regular de interpretación y comentario, confección de textos didácticos superiores, aproximación a las fuentes mismas del conocimiento”.
- La investigación científica propiamente tal.
Al reflexionar sobre la libertad de cátedra y libertad de investigación, se preguntó: “¿Existe algún antagonismo entre la libertad de cátedra, divisa propia de la enseñanza superior, y la organización de la docencia universitaria, según el modo tradicional de las escuelas profesionales?
“¿Existe algún antagonismo entre la libertad de la ciencia y la organización del trabajo científico, bajo la forma de centros o institutos de investigación, como lo viene realizando, por ejemplo, la Universidad de Chile?”
Subrayó además que la ciencia era un convidado reciente a las universidades latinoamericanas. Cuando llegaron los aires reformistas a Chile en 1968, se expresó en términos irónicos y con espíritu crítico, pues allí no estaban presentes sus ideales de Universidad.


Contribución a la Integración Latinoamericana
La preocupación por Latinoamérica fue permanente en Roberto Munizaga, tanto en los planteamientos teóricos, como en la acción pedagógica. En efecto, la sistematización de las ideas pedagógicas del Subcontinente las exponía en un curso lectivo que dictaba cada cierto tiempo con el nombre de “Evolución de las Ideas Pedagógicas de América Latina”
Munizaga reprodujo, en una de sus más importantes obras, el pensamiento de Alberdi sobre la educación latinoamericana: “Estos países necesitan más de ingenieros, de geólogos y naturalistas, que de abogados y teólogos. Su mejora se hará con caminos, con pozos artesianos, con inmigraciones y no con periódicos agitadores o serviles, ni con sermones o leyendas... El tipo de nuestro hombre sudamericano debe ser el hombre formado para vencer el grande y agobiante enemigo de nuestro progreso: el desierto, el atraso material, la naturaleza bruta y primitiva de nuestro continente...”.
En el aspecto práctico, su primera incursión importante fue su participación como docente en el Instituto Pedagógico de Caracas (1948-1949) en las cátedras de Filosofía de la Educación y Sociología de la Educación. Allí había llegado como parte de la Tercera Misión Educacional de chilenos, para apoyar la renovación del sistema educacional venezolano, a pedido del gobierno de ese país, en 1948.
En 1957, fue firmado un convenio entre la UNESCO, el Gobierno Chileno y la Universidad de Chile, producto del cual se fundó el “Centro Latinoamericano de Formación de Especialistas en Educación” (CLAFEE). En este Centro, Munizaga trabajó durante 10 años las cátedras de Filosofía de la Educación y Sociología de la Educación. Su acción más importante, sin embargo, estuvo relacionada con su participación en el “Consejo Interuniversitario Regional” (C.I.R.) 10, donde Munizaga ocupó el cargo de Secretario Ejecutivo.
Con el planteamiento anterior, Munizaga confirmó la línea de su pensamiento pragmático, acorde con el norteamericano John Dewey y los chilenos Francisco Antonio Encina y Darío Salas; ¿será, a su vez, un anticipo de la globalización que hoy nos envuelve a todos?
Una de sus ayudantes hizo un recuerdo relacionado con la acción práctica de Munizaga, pues siempre la relacionaba con su pasión: la docencia universitaria: “El trabajo del Profesor Munizaga estaba caracterizado por su constante preocupación por la contingencia educativa y uno de sus principales aportes en este sentido, era poner en vigencia la problemática filosófica que inspiraba a la problemática contingente. Se trataba de dar criterios acerca de la contingencia, para actuar como criterio orientador de la interpretación de la misma, permitiendo, además, prever las consecuencias de esa contingencia. Acostumbraba también de integrar la experiencia de sus viajes, particularmente de aquellos derivados de su actividad en el C.I.R. Esta institución ofrecía un sistema de becas a estudiantes universitarios, lo que permitía establecer vínculos entre los alumnos de América del Sur; estas actividades mantenían estrecha relación con los Cursos de Temporada dictados por el profesor”.
RESEÑA (2)



EDUCACIÓN SECUNDARIA : PLATAFORMA EN DEFENSA DE LA FILOSOFÍA Y LA EDUCACIÓN PÚBLICA
Reacción ante el abandono de la Filosofía en los planes de estudio
Francisco Javier Quirós Cuevas, es miembro de la Plataforma en Defensa de la Filosofía y la Educación Pública.
La Plataforma en Defensa de la Filosofía y la Educación Pública, constituida recientemente en Madrid, se está movilizando para conseguir una ampliación del tiempo de enseñanza de Filosofía en los institutos.
MIGUEL BRIEVA
Las asignaturas de carácter filosófico tienden a desaparecer o a convertirse en nuevas materias, cuya enseñanza será casi imposible dado el reducido número de horas lectivas del que se dispondrá para ello. Es indiscutible que las leyes que han llevado paulatinamente a esta situación han ignorado completamente que la Filosofía contribuye, de un modo insustituible, al pleno desarrollo de la personalidad de los adolescentes.
Quizás, por no haberse llevado a cabo en nuestro país una rigurosa y profunda reflexión sobre los fines de la educación, nuestro sistema educativo padece desde hace tiempo un constante cambio de leyes claramente perjudicial. A pesar de las solemnes declaraciones de principios que encabezan cada decreto educativo, en la práctica se ha terminado por aceptar que la enseñanza secundaria constituye únicamente el primer eslabón de la preparación para el ejercicio de una profesión.
Desarrollo personal
A menudo, se olvida que en la propia Constitución Española se establece que “la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad”, lo cual, evidentemente, comprende mucho más que la adquisición de los conocimientos necesarios para desempeñar en el futuro un determinado puesto de trabajo. Aun cuando la anterior afirmación posea la brevedad propia de un artículo constitucional, parece dar a entender que la educación integral de la persona debe incluir una formación cultural lo más sólida y amplia posible, que le permita ser un ciudadano libre y crítico, capaz de comprender la realidad, de pensar por sí misma en el mundo en el que vive y, también, de disfrutar en su tiempo de ocio de las más elevadas creaciones humanas: las Ciencias, las Humanidades y el Arte.
Desde este punto de vista, la iniciación a la Filosofía posee una importantísima dimensión educativa, ya que ofrece los fundamentos necesarios para la reflexión racional sobre los principales problemas de la existencia personal, de las relaciones sociales y de la vida política, así como la base para una interpretación global del resto de los saberes y las demás expresiones culturales. Pese a ello, en nuestro país la presencia de la Filosofía en la Enseñanza Secundaria ha disminuido con el paso del tiempo, tanto por la reducción de las horas lectivas que se le asignan como por su sustitución por nuevas materias. No es fácil explicar sucintamente la tortuosa evolución de la enseñanza filosófica en la educación secundaria. Tampoco resulta posible resumir las diferencias existentes al respecto entre las legislaciones autonómicas.
Reducción de horas lectivas
En la época de la LGE (1970), todo estudiante de Bachillerato estudiaba cuatro horas de Filosofía y otras cuatro de Historia de la Filosofía a la semana. Posteriormente, en el año 1980, se implantó la asignatura de Ética (concebida como alternativa a la Religión Católica), cuya enseñanza se encomendó al profesorado de Filosofía. Al implantarse la LOGSE (1990), se mantuvo la asignatura de Filosofía como obligatoria en todas las modalidades con una carga horaria semanal mínima de dos horas. En cuanto a la Ética, si bien se estableció como una materia obligatoria de dos horas lectivas semanales para todo el alumnado, no se le atribuyó un carácter nítidamente filosófico.
En el año 2002 se aprobó la LOCE. En relación con la enseñanza de la Filosofía, dicha ley recogió la mayoría de las enmiendas parciales realizadas durante los años 2000 y 2001. Así, la Ética se consolidó como una iniciación a la Filosofía práctica para el alumnado de Enseñanza Secundaria y, a la par, en una materia con carácter propedéutico respecto de las materias filosóficas de Bachillerato. Asimismo, la Filosofía y la Historia de la Filosofía se establecieron como materias comunes en todas las modalidades de Bachillerato. Sin embargo, aunque su carga horaria mínima siguió siendo de dos horas lectivas semanales respectivamente, esta vez la tendencia general fue asignarle tres horas de clase a cada una en vez de cuatro.
El anteproyecto de la LOE (2005) suponía, en primer lugar, la sustitución de la Ética y de la Filosofía por la Educación para la Ciudadanía y, en segundo lugar, la eliminación de la Historia de Filosofía en la modalidades de Humanidades y Ciencias Sociales. En la redacción definitiva de la LOE (2006) se sustituye la Ética por la Educación Ético-Cívica. Dicha asignatura, cuya enseñanza, en principio, no les corresponde de modo exclusivo a los departamentos de Filosofía, dispondrá de una o dos horas lectivas, dependiendo de lo regulado por cada comunidad autónoma. En definitiva, además de que los contenidos estrictamente filosóficos de los programas disminuyen notablemente, la suma de horas lectivas de materias relacionadas con la Filosofía a lo largo de la enseñanza secundaria puede reducirse a solamente cinco, si así lo decretan las legislaciones autonómicas.

Objetivos de la Plataforma
La Plataforma en Defensa de la Filosofía y la Educación Pública agrupa tanto al colectivo de profesores de Filosofía de Madrid como a los alumnos de las facultades de Filosofía. A corto plazo, su objetivo es evitar la eliminación de horas de Filosofía y ampliar la iniciativa a otras comunidades autónomas. A medio y largo plazo, pretende fomentar un debate sobre los fines últimos de la educación pública. Su preocupación se extiende, además, a la educación superior, afrontando una reflexión seria sobre la convergencia universitaria europea. En sus primeros meses de vida, la Plataforma ha desarrollado un intenso trabajo de difusión y recogida de firmas para validar su propuesta, que ya ha sido apoyada por los principales sindicatos de la enseñanza y por diversos organismos y asociaciones, se están recogiendo firmas a título individual. El 5 de abril han organizado una simbólica clase de Filosofía en la Puerta del Sol como protesta.
RESEÑA (3)


Educación
En México, se carece de una filosofía de la educación superior, asegura catedrático
2007-06-28
En el pasado priísta, Antón indicó, el SNTE acarreaba votos para el PRI, y ahora “pareciera que sin el sindicato y su dirigencia al más alto nivel, no se pueden aprobar las reformas en el país.
México, DF., (La Jornada).- En México desde hace años carecemos de una filosofía de la educación superior que se ha suplantado por un “empirismo indicadorista crudo y vulgar orientado por el dinero”, aseguró Manuel Gil Antón, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en temas educativos, quien agregó que llevamos más de dos décadas tratando de cumplir un “montón de indicadores aislados con el fin de ser de calidad para sacar a los jóvenes al mercado laboral justo a tiempo”.
En entrevista con La Jornada, afirmó que “perseguir indicadores vacíos y muy mal pensados orientados sólo por el dinero, a lo que se suma la ausencia de una política educativa de Estado, genera mucha confusión, situación por la que no debe extrañarnos el desastre educativo con el que llegan los estudiantes a la universidad”.
Aseguró que sin una reflexión “seria y profunda” sobre el futuro de México y el papel que tiene la educación en el país se seguirá sustituyendo por la búsqueda de “indicadores ante una Secretaría de Educación Pública que desde la época del dirigente magisterial (Carlos) Jongitud, la Secretaría de Educación Pública ha renunciado a sus atribuciones de autoridad educativa a favor del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y el gremio ha logrado reproducirse y pactar políticamente con los regímenes del PRI y del PAN”.
Sin embargo, destacó que un “enorme número de profesores son extraordinarios, pero están atrapados en burocracia de la SEP y el SNTE, porque pareciera que desde Jongitud el sindicato ha estado más al servicio de las relaciones políticas que del impulso a la educación”.
En el pasado priísta, indicó, el SNTE acarreaba votos para el PRI, y ahora “pareciera que sin el sindicato y su dirigencia al más alto nivel, no se pueden aprobar las reformas en el país, y si para ello hay que sacrificar seis años a la educación no importa, con eso estamos matando el talento de México.”
Ante esta situación, insistió, no es “extraño que los jóvenes egresen de la universidad con graves problemas de formación o que en las evaluaciones a la educación básica salgan en los peores lugares” y aseguró que el con el respaldo del presidente Felipe Calderón a las propuesta del SNTE para una reforma educativa, existe un “empalme entre atribuciones legales de la SEP y el gran peso político del SNTE, porque es facultad de la secretaría hacer el plan sectorial, por supuesto abierto a las opiniones de todos los sectores, pero creo que en México la variable ha sido sacrificar la educación a favor de la política o la economía”.
Por lo que respeta a los objetivos de la administración federal para impulsar la evaluación, certificación y acreditación de los procesos educativos, afirmó que se trata de esquemas “necesarios, pero que no pueden convertir un medio en un fin y pretender certificar como un fin en sí mismo que resolverá los problemas y no como un mecanismos para conocer cómo podemos mejorar”.


Educación
En México, se carece de una filosofía de la educación superior, asegura catedrático
2007-06-28
En el pasado priísta, Antón indicó, el SNTE acarreaba votos para el PRI, y ahora “pareciera que sin el sindicato y su dirigencia al más alto nivel, no se pueden aprobar las reformas en el país.
México, DF., (La Jornada).- En México desde hace años carecemos de una filosofía de la educación superior que se ha suplantado por un “empirismo indicadorista crudo y vulgar orientado por el dinero”, aseguró Manuel Gil Antón, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en temas educativos, quien agregó que llevamos más de dos décadas tratando de cumplir un “montón de indicadores aislados con el fin de ser de calidad para sacar a los jóvenes al mercado laboral justo a tiempo”.
En entrevista con La Jornada, afirmó que “perseguir indicadores vacíos y muy mal pensados orientados sólo por el dinero, a lo que se suma la ausencia de una política educativa de Estado, genera mucha confusión, situación por la que no debe extrañarnos el desastre educativo con el que llegan los estudiantes a la universidad”.
Aseguró que sin una reflexión “seria y profunda” sobre el futuro de México y el papel que tiene la educación en el país se seguirá sustituyendo por la búsqueda de “indicadores ante una Secretaría de Educación Pública que desde la época del dirigente magisterial (Carlos) Jongitud, la Secretaría de Educación Pública ha renunciado a sus atribuciones de autoridad educativa a favor del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y el gremio ha logrado reproducirse y pactar políticamente con los regímenes del PRI y del PAN”.
Sin embargo, destacó que un “enorme número de profesores son extraordinarios, pero están atrapados en burocracia de la SEP y el SNTE, porque pareciera que desde Jongitud el sindicato ha estado más al servicio de las relaciones políticas que del impulso a la educación”.
En el pasado priísta, indicó, el SNTE acarreaba votos para el PRI, y ahora “pareciera que sin el sindicato y su dirigencia al más alto nivel, no se pueden aprobar las reformas en el país, y si para ello hay que sacrificar seis años a la educación no importa, con eso estamos matando el talento de México.”
Ante esta situación, insistió, no es “extraño que los jóvenes egresen de la universidad con graves problemas de formación o que en las evaluaciones a la educación básica salgan en los peores lugares” y aseguró que el con el respaldo del presidente Felipe Calderón a las propuesta del SNTE para una reforma educativa, existe un “empalme entre atribuciones legales de la SEP y el gran peso político del SNTE, porque es facultad de la secretaría hacer el plan sectorial, por supuesto abierto a las opiniones de todos los sectores, pero creo que en México la variable ha sido sacrificar la educación a favor de la política o la economía”.
Por lo que respeta a los objetivos de la administración federal para impulsar la evaluación, certificación y acreditación de los procesos educativos, afirmó que se trata de esquemas “necesarios, pero que no pueden convertir un medio en un fin y pretender certificar como un fin en sí mismo que resolverá los problemas y no como un mecanismos para conocer cómo podemos mejorar”.

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